miércoles, 14 de septiembre de 2016

ESPACIO




¡Cómo envidio tus alas,
mensajera,
blancas y firmes,
libres y serenas!
Con despreocupación
te elevas
y vas donde deseas,
dueña de ti y reina
de tu espacio;
te basta con alzar tus fuertes
brazos
para que la mañana te acaricie
y te bese la brisa acompasada
y las ramas te ofrezcan sus manjares.
¡Te llenan tantos trinos
amistosos!
Y cuando te apetece
regresas a tu lar, enamorada.
No te detiene nada
ni te obliga
el nido en el apoyo de algún árbol,
eres princesa alada
de los cielos
y en el aire te alaban
los mil colores de las mariposas;
allá abajo, las rosas
te brindan sus aromas.
¡Cómo envidio, paloma
la libertad que gozas!